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miércoles, 31 de agosto de 2011

En el escenario de la vida

Su cuerpo se curvó de manera inexplicable, mientras el aire se partía en mil pedazos por el sonido agudo del violín.
Sus piernas se movían sinuosa, magicamente.
Y ahí estaba yo... Observando a un hada bailar.
No era una espectador, ni ella una bailarina de ballet. No... Éramos dos corazones heridos llorando por nuestro amor....
Sólo que ella danzaba sobre el escenario sin saber que yo estaba ahí, como tonto, mirándola. Sólo que ella era mi vida y no tenía manera de cambiar las cosas.

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